Desde Murillo de Lónguida, camuflado en el monte y por el monte, se llegan a ver las casas, la torre y la iglesia del despoblado de Larrangoz. La vegetación crece descontrolada y se ha apoderado de este lugar.
Muy cerca de Murillo de Lónguida el monte, y quien dice el monte dice en este caso la vegetación que en él crece, esconde un antiguo núcleo de población que lleva ya unas cuantas décadas deshabitado. Hablamos hoy de Larrangoz, en el valle de Lónguida; hablamos, en definitiva, de cuatro casas y una iglesia, ocupando un término que hace muga con el valle de Izagaondoa. Antaño hubo allí un señor, dueño del magnífico palacio que todavía se tiene en pie; antaño hubo allí alegre repiqueo de campanas, y hubo ganado en las cuadras y en las calles, y parva que aventar, hubo fieles en la iglesia, y vida en sus casas. Hoy reina el silencio, reina la ruina, y no hay más señor que la vegetación, que se ha adueñado del palacio, de su torre, del entorno de la iglesia, que prácticamente impide el acceso a las casas, que oculta el suelo empedrado donde agarraban los carros y las caballerías, que ha hecho de las huertas y de las eras un paraíso de maleza incontrolada. No, no busco dar una imagen triste, pero con pena hay que reconocer que no hay otra definición posible para un pueblo en el que ya nadie nace ni muere; para un pueblo en el que la naturaleza está volviendo a recuperar el sitio que le quitaron las casas.
Para llegar a Larrangoz hay que cruzar el río Irati, y para ello, sobre todo en estos días que baja bien crecido, no hay otro sistema que utilizar el viejo puente colgante amarrado con recias sirgas. Doy fe, en contra de lo que pueda parecer, de que no se cae, a pesar de todo lo que se mueve. Una vez salvado el río no hay más que seguir el camino hacia la derecha, que en breves minutos nos remonta hasta este antiguo señorío de probable origen medieval, en el que la figura de Charles de Ayanz, allá en el siglo XVI, es una de las pocas referencias que nos queda.
Caballero medieval
Se ve que el camino, por su anchura y su empedrado, todavía perceptible, fue diseñado en su día para el tránsito de carros. Un hermoso roble recibe en el lado izquierdo nuestra llegada; y un muro redondeado, de sillarejo, lo hace en el lado derecho, anunciando que la aparición de construcciones de piedra es inminente.
Lo primero que se ve, de frente, es una casa en ruinas. Conserva su portalada de piedra encalada y ligeramente apuntada; y sobre ella una ventana, también rodeada de cal, que hace tiempo que perdió su columna central, o parteluz.
Pero, sin quitar nada a todo lo demás, la verdadera riqueza patrimonial de este antiguo núcleo de población la encontramos en su iglesia, un templo románico cuya portada, levemente posterior (románico de transición, aunque algunos ya la definen como gótica), muestra unas figuras pétreas a modo de capiteles que, pese a exhibirse incompletas e incomprensiblemente mutiladas, nos hablan de verdadero arte. En el lado derecho vemos a un águila sin cabeza que sujeta entre sus garras a una presa; y en el lado izquierdo vemos a un caballero medieval, a caballo, en donde caballero y jinete también se nos aparecen descabezados. El caballero luce la indumentaria propia de la época, escudo cruciforme incluido, y también traje de malla metálica.
El interior de la iglesia, dedicada a la advocación de San Bartolomé, se muestra abandonado, con una cruz sin crucificado apoyada en donde antes estuvo el altar, y con media docena de bancos dispersos y desordenados por su interior. El coro ha recibido parte de la techumbre de la torre, muestra el esqueleto de lo que en otro tiempo fueron las escaleras de acceso al campanario, y ha perdido la totalidad de los barrotes de su barandilla. Ese es el aspecto del interior, mientras que en el exterior la vegetación dificulta cualquier movimiento.
Frente a la iglesia se levanta altiva una impresionante torre. Forma parte esta fortificación de un viejo palacio señorial que, a pesar de su ruina, se resiste a perder el glamour que un día tuvo. Las armas, o escudo, de este palacio fueron precisamente una águila con las alas abiertas, sujetando una liebre entre sus patas; exactamente la misma figura que vemos representada en la portada de la iglesia. El caballero medieval quiero pensar que es el que un día, allá por el medievo, fue dueño y señor de este viejo palacio, igual que simultáneamente lo fue del de Alzorriz.
Puerta y trillo
Por último, en la parte más alta del pueblo, se levanta un esbelto caserón hasta cuya puerta llega una minúscula regata que inunda sin piedad la que en otro tiempo habría sido la era, al menos así me lo supongo. Luce sobre su portalada de medio punto un azulejo que nos recuerda que antaño fue la casa número 5. Sobre la clave del arco de entrada alguien puso, incrustada, una herradura para calzarla mejor, y nunca mejor dicho.
No aconsejo a nadie adentrarse en este viejo edificio, ni tampoco en ninguno de los otros aquí mencionados. Son edificios que se están hundiendo, y la seguridad brilla por su ausencia. En cualquier caso sépase que la planta baja de este último caserón, como la del palacio, está ocupada por cuadras, en donde los pesebres, las conejeras, la paja, y algún trillo desproporcionadamente grande conviven como testigos únicos de la vida que allí hubo.
Este edificio, y todo el pueblo en sí, es una de esas pruebas evidentes de que la naturaleza acaba volviendo a ocupar su espacio; la vegetación, no sólo le rodea por completo, sino que penetra por puertas y ventanas.
Para quienes nos gusta la etnografía, llama la atención en esta casa la presencia de una puerta, cuyo cuarto inferior fue reconvertido en trillo, de tal manera que esta pieza era capaz de cumplir con su doble función de puerta y de trillo; una vez que cumplía con su función de trillar la hierba volvía a ser encajada en sus goznes. Son detalles de supervivencia. Detalles que nos dejan entrever un estilo de vida, una huella de vida humana.
Hoy Larrangoz vive inmerso en el silencio, prácticamente oculto por la vegetación. El caballero medieval de la iglesia perdió su cabeza; el águila también perdió la suya; y las casas que aquí todavía se resisten a caer, perdieron décadas atrás la vida y el calor que aporta el ser humano.
Atardece en Larrangoz, y es hora de volver. El camino que baja hacia el Irati es precioso, de ensueño. Todo sería bonito, incluso el volver a cruzar un puente colgante como el que allí salva el Irati, si no fuese porque lo que queda a mis espaldas, paraíso de yedras, ortigas y zarzas, es la triste y penosa realidad de un pueblo, y si me apuran la de un valle, el de Lónguida, que peligrosamente empieza a llenarse de despoblados.
Muy buen reportage de fotos!! que recuerdos de cuando era pequeño y me llevaban mis padres por alli de paseo..., por desgracia siempre lo e conocido despoblado.
Estos dias he estado en la zona de Sanguesa,haciendo unas etapas del Camino que tenía pendientes y aproveché para visitar despoblados de la zona.con la ayuda de tu blog y las indicaciones precisas y preciosas de Faustino,los recorrí casi todos y la verdad que éste me impactó:su acceso,su situación,su monumentalidad,en fin !una gozada!.Visite po error Vesolla pero veo no lo tienes en la lista.!menuda iglesia tienen1.Muchas gracias por todo
Muchas gracias por el comentario. Ciertamente el blog de Faustino es una guía extraordinaria, y un verdadero lujo. Ambos compartimos, además de una buena amistad, un mismo afán por rescatar y dar a conocer la historia y la memoria de todos esos pueblos a los que un día el destino les asignó un punto final. Respecto a Vesolla, un enclave precioso, aunque no lo parezca sigue estando habitado, y hay una actividad humana prácticamente diaria. Su iglesia es una joya del románico rural; está en un estado lamentable, pero hay que decir (y cruzo los dedos) que la restauración de esa iglesia ya está aprobada, inclusive la partida presupuestaria para ello. Un saludo.
Gracias Fernando por este trabajo tan bueno.El padre de mi tatarabuelo se llamaba Francisco Zunzarren y era natural de Larrangoz,nacido sobre el año 1780 y casado con Jabiera Urrutia.Si alguien dispone de datos de habitantes de este pueblo en esos años me los podría pasar.Gracias
Catalina Murillo Villanueva, nacida en Sastoia ?,Larequi ? o Aizcurgui. Se fue con su familia a Lusarreta y se casó en 1794 con un Huarte de Casa Juan Perez creo
Han existido durante siglos, han sido casas y calles con vida; pero todos tienen en común que conocieron aquél día en el que alguien cerró la puerta de su casa, y la cerró para nunca más abrirla, y con su marcha el pueblo quedaba deshabitado, casas en soledad, calles en silencio, chimeneas sin humo…; solo les queda esperar el expolio, la ruina…, para doblegarse con el paso de los años ante la evidencia de que la naturaleza siempre, ¡siempre!, tiende a recuperar su sitio.
En Navarra, lamentablemente, son muchos los pueblos deshabitados. Pero más lamentable es todavía, el número de pueblos que viven su ocaso, que agonizan, que van a durar lo que duren sus últimos vecinos, muy ancianos ya.
Desde este blog queremos poner nuestro grano para que la memoria de estos pueblos perdure. Un pueblo no muere cuando mueren sus casas; un pueblo muere cuando es su memoria la que desaparece, cuando mueren sus raíces, cuando ya no tiene quien le llore. Y es hacia aquí hacia donde va nuestro esfuerzo.
Este blog es homenaje vivo a todas y cada una de aquellas personas que a lo largo del tiempo, en algún momento, han dado vida a estos pueblos. Va por ellos.
Este blog tiene su origen en los reportajes que sobre despoblados se están publicando desde el año 2002 en la sección "Recorridos por el Patrimonio de Navarra" que cada domingo publica Fernando Hualde en DIARIO DE NOTICIAS.
Dirección de contacto: fhualde@hotmail.es
RELACIÓN DE LOS 60 DESPOBLADOS QUE APARECEN EN ESTE BLOG
Esta es una página viva, en permanente evolución. Si ya la conoces, ten en cuenta que la información de cada despoblado se va incrementando poco a poco. Unas veces se incorporan a este blog nuevos despoblados, otras veces se añade información de los ya existentes aquí; es por ello que, si quieres conocer las últimas novedades del blog, pincha aquí.
Existen en la red varios blogs que afectan a otras zonas o regiones. Son blogs que verdaderamente merecen la pena, que han sido creados para salvaguardar la memoria de los pueblos deshabitados, y con los que este blog de Navarra se identifica plenamente. Son los siguientes:
Muy buen reportage de fotos!! que recuerdos de cuando era pequeño y me llevaban mis padres por alli de paseo..., por desgracia siempre lo e conocido despoblado.
ResponderEliminarEstos dias he estado en la zona de Sanguesa,haciendo unas etapas del Camino que tenía pendientes y aproveché para visitar despoblados de la zona.con la ayuda de tu blog y las indicaciones precisas y preciosas de Faustino,los recorrí casi todos y la verdad que éste me impactó:su acceso,su situación,su monumentalidad,en fin !una gozada!.Visite po error Vesolla pero veo no lo tienes en la lista.!menuda iglesia tienen1.Muchas gracias por todo
ResponderEliminarMuchas gracias por el comentario. Ciertamente el blog de Faustino es una guía extraordinaria, y un verdadero lujo. Ambos compartimos, además de una buena amistad, un mismo afán por rescatar y dar a conocer la historia y la memoria de todos esos pueblos a los que un día el destino les asignó un punto final.
EliminarRespecto a Vesolla, un enclave precioso, aunque no lo parezca sigue estando habitado, y hay una actividad humana prácticamente diaria. Su iglesia es una joya del románico rural; está en un estado lamentable, pero hay que decir (y cruzo los dedos) que la restauración de esa iglesia ya está aprobada, inclusive la partida presupuestaria para ello.
Un saludo.
Gracias Fernando por este trabajo tan bueno.El padre de mi tatarabuelo se llamaba Francisco Zunzarren y era natural de Larrangoz,nacido sobre el año 1780 y casado con Jabiera Urrutia.Si alguien dispone de datos de habitantes de este pueblo en esos años me los podría pasar.Gracias
ResponderEliminarpedro.ripodas@gmail.com
Catalina Murillo Villanueva, nacida en Sastoia ?,Larequi ? o Aizcurgui. Se fue con su familia a Lusarreta y se casó en 1794 con un Huarte de Casa Juan Perez creo
ResponderEliminarLa casa es exactamente Juan Periz.-
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