OZCOIDI

LA IGLESIA DE OZCOIDI.
CRÓNICA DE UNA MUERTE ANUNCIADA




         En Ozcoidi (Urraul Alto) la iglesia empezó a hundirse el pasado verano. Los vecinos de la localidad llevan tiempo, infructuosamente, buscando una solución para su templo. Son demasiados pocos para que se les haga caso.

         La merindad de Sangüesa, a diferencia del resto de las merindades, acoge en su ámbito geográfico un número de despoblados que son fiel reflejo del futuro que les espera a algunos valles de esta merindad. Y no es lo malo el número de despoblados que hay, sino el número de localidades que, con una o dos casas habitadas, y con una población envejecida, anuncian que tras siglos de vida su fecha de caducidad ya está a la vista. De allí que, me van a permitir los lectores, una vez más insista en la importancia y en la necesidad de salvaguardar el patrimonio cultural e histórico de estos lugares.
         Corremos el riesgo de pensar –y los que tienen responsabilidades de gobierno se encuentran muy cómodos en esa idea- de que estos pueblos lo mejor es dejarles que poco a poco desaparezcan, que hay que dejarlos caer. Son pueblos cuya vida se apaga, que están predestinados a desaparecer y nunca más resucitar.
         Sin embargo detrás de ellos, como veíamos recientemente con el caso de Guerguitiain (Izagaondoa), hay una historia humana, hay una memoria, hay una obra hecha con cariño y con sentimiento. Tal vez sus iglesias –por poner el ejemplo más claro- no tengan la monumentalidad de las grandes catedrales europeas, pero en ellas no deja de haber arte. En ellas hay años de trabajo y siglos de oración. Y desde luego que en otros sitios del mundo no dudarían en conservarlas para la posteridad, aunque solo sea por puro respeto hacia quienes les dieron vida.
         El trabajo del maestro cantero que siglos atrás talló la piedra, la portada, los arcos, los capiteles… El artesano que convirtió los troncos de madera en artístico retablo en donde se aloja la imaginería religiosa. El dorador que dio color a ese retablo. La interminable lista de abades y clérigos que entre esos muros han protagonizado y guiado la religiosidad popular de los feligreses. Los cientos de vecinos que durante siglos allí se han bautizado, allí han confesado y comulgado, allí se han casado, o allí han recibido el último adiós de los suyos. Eso, todo eso, merece una atención y un respeto.



Ocaso de una iglesia

         Y cuando escribo todo esto, ahora mismo estoy pensando en Ozcoidi, una pequeña localidad de Urraul Alto con apenas dos casas habitadas. Conocieron ellos el día en el que la diócesis sacó de su iglesia a la Virgen del Rosario, para nunca más volver; su hueco en el retablo lo llena ahora la imagen de Santa Bárbara, pero el hueco que dejó su ausencia en el corazón de los lugareños ese no lo llena nadie. Sí, ya saben que una imagen es una imagen, y no más que eso, pero es que ante ella rezaron ellos, y sus padres, y sus abuelos, y tantas y tantas generaciones; y para eso fue tallada; y… y no hay consuelo para quienes ya no la ven en su iglesia.
          Sé muy bien que algunos teólogos me dirán que las imágenes religiosas no dejan de ser símbolos, que no dejan de ser trozos de madera tallados con más o menos arte, que no hay que darles más importancia que la que tienen. Pero lo cierto es que todo en la vida gira en torno a símbolos, lo humano y lo divino; el agua, el fuego, la cruz, el árbol, la bandera, el himno… sin ellos sería imposible canalizar los sentimientos, y antes ellos el ser humano sufre, goza, siente. Y la pequeña Virgen del Rosario, aunque con el consuelo de que está conservada, cuidada y expuesta, lo cierto es que está ausente para quienes durante siglos la veneraron en el retablo de la iglesia de San Pedro, en Ozcoidi.

         No menos doloroso es percibir que cada domingo, cuando acuden los vecinos a la iglesia, se están jugando la vida. Casi, o sin casi, hay que ir con casco. El atrio se está cayendo mientras la vegetación se va apoderando de toda su cubierta. Los vecinos han acudido a todo tipo de estamentos solicitando ayuda, pero parece ser que un pueblo con dos casas habitadas no es muy digno de ser tenido en cuenta, y no se pone remedio al mal.
         Este pasado verano, en medio del desasosiego que supone ver que nadie hace caso, los vecinos asistieron al derrumbe de una parte del tejado de la torre. Algo así como el principio del fin. Los inquilinos de las casas Txandia y Adoñena ya no saben lo que hacer, incluso parece que están dispuestos a poner manos y dinero, pero los permisos son los permisos. La imagen del atrio y de la torre clama al cielo, menos mal que la acacia, además de hacer sombra, tapa las vergüenzas de esta muerte anunciada. El aguabenditera, que reposa en el atrio sobre los restos de la Cruz Blanca, acoge en su interior travesaños y cascotes de una techumbre en ruina. 
         ¿Sería muy costoso que “quien corresponda” dedique una pequeña partida presupuestaria para arreglar unos metros cuadrados de tejado?; tal vez, como pasa en otros sitios, se está esperando a que el daño sea mayor para que el coste se dispare y así poder decir que no hay dinero para ello.
         Ozcoidi, concretamente sus vecinos, necesitan tener un templo en condiciones y digno, necesitan más que nunca que ese templo sea un punto de encuentro entre ellos.



Casas señoriales

         Mientras esto sucede, mientras “quien corresponda” toma cartas en el asunto, yo invitaría al lector a acercarse a Ozcoidi, a conocer sus casas. Curiosamente, y no es broma, Ozcoidi es ese pueblo en el que uno también puede conocer a los antepasados que lo habitaron, pues la tierra que rodea la iglesia, en la medida que con las lluvias se va desplazando, va dejando al descubierto los restos óseos de quienes en torno a ella fueron enterrados. Quiero pensar que salen a protestar ante la situación del templo en el que recibieron el último adiós.
         Casa Txandía (etimológicamente “casa grande”), además de ser casa ganadera y trashumante, es un caserón de sabor y aspecto señorial, con su torre, con sus ventanas saeteras, con su cornisa de piedra, y con sus canecillos, incluso conserva todavía el desagüe de piedra que vertía antaño las aguas hacia el exterior a media altura del edificio. Luce pétreo escudo en la fachada, aunque justo es decir que es exportado de otro palacio navarro muy distante de este.

         Casa Adoñena también luce escudo en la fachada, en este caso con las armas de los Urniza, concretamente de Miguel José Urniza; que también exhiben escudo en la fachada de la vieja casa Urniza, en Turrillas (Izagaondoa), aunque este de Ozcoidi luce una decoración mucho más rica. Mención especial merece también en esta fachada de casa Adoñena la clave de su portalada, que al tradicional IHS –de múltiples variantes en la grafía- acompañan dos símbolos solares (pentafolio y cruz de Malta encerrada en círculo) y una cruz latina flanqueada en sus vanos inferiores por sendas estrellas de seis puntas.
         Una de las casas deshabitadas, la numerada con el 3, conserva todavía, y en muy buen estado de salud, un esbelto horno de pan, de esos que sobresalen en una de las fachadas apoyando su base sobre recio muro de piedra, construido para servirle de apoyo.
         Son restos de un pasado no muy lejano. Hoy sus vecinos se expresan en castellano; antaño lo hacían en euskera (hace cien años desapareció en este pueblo el último euskaldún, según recogió el lingüista Juan San Martín). Hoy son dos casas; antes fueron más (casa Basilio, casa la Lina, etc.). Hoy queda un horno; antes hubo uno en cada casa. Hoy hay una iglesia que se viene abajo; antes… ¿y porqué no ahora?.
         Me gustaría que este reportaje sirviese para llamar la atención sobre la inexplicable situación de esta iglesia, que sirviese para que se vaya tomando conciencia de que aquí hay un patrimonio que es digno de ser conservado, de que hay unos pueblos que necesitan un poco de mimo institucional. Creo que se puede y que se debe de hacer algo para evitar que en Ozcoidi su iglesia se caiga; ahora se está a tiempo, con poco dinero y con buena voluntad este templo rural puede aguantar unos siglos más. Merece la pena.


Diario de Noticias, 2 de diciembre de 2007
Autor: Fernando Hualde


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ERMITA DE LA SANTA CRUZ
FOTOS TOMADAS POR JUAN CARLOS LAIGLESIA EL 4 DE MARZO DE 2013

Dentro del término de Ozcoidi hubo una ermita dedicada a la advocación de la Santa Cruz. De aquella, como de tantas otras, hoy solo queda el topónimo, y unas cuantas piedras que delimitan perfectamente sus cimientos. Y queda también la cruz pétrea que en ella hubo, situada hoy sobre una gran base de piedra.







10 comentarios:

  1. Una pena y vergüenza que el Gobierno de Navarra consienta esto... La última vez que estuve la torre de la iglesia había desprendido piedras grandes y había mas pulgas que perros. Muy triste...

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    1. Hola, revolviendo papeles viejos de mis bisabuela en Rosario, Argentina, encuentro la partida o acta de casamiento de mis bisabuelos en la iglesia de Zazpe, Navarra. Ellos fueron Deogracias Garralda Elía, o Elías de Pamplona y Urroz, y Patricia Martina Ozcoidi y Hugarte (figura así con H)habitante de Zazpe. Quizás haya alguna relación. El párroco de la iglesia de Zazpe, que firma era Fulgencio Azcona, está todo en manuscrito, y creo que ése es el apellido. Me gustaría ver si hay algún antepasado común contigo, o si pueden subir fotos de la iglesia. Según figura en la partida, el padre de Patricia, o sea, mi tatarabuelo materno, era Martín Ozcoidi Busquete Y mi tatarabuela, Martina Hugarte Nagore (ésta era nacida en Aoiz). Si tenés información te pido me la hagas llegar a mail mechimendez84@hotmail.com. Gracias. Saludos

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    2. Zazpe es una localidad navarra del valle de Artze (o Arce) que, desde mediados del siglo XX, está despoblado. Quedan algunas paredes, y está rodeado de maleza. Confío en poder hacerle algún día una entrada en este blog, y gustosamente reflejaré entonces la identidad de estos antepasados suyos y la del entonces párroco de esta localidad. Muchísimas gracias por su comentario.

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    3. Gracias!! Saludos. Mercedes Méndez

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  2. David:
    La segunda parte de esta historia es que uno de los vecinos, al ver que la administración no se ocupaba de arreglar la iglesia, tomó la iniciativa de subirse al tejado de la torre y repararlo poco a poco. Es así como la torre de la iglesia vuelve a estar en condiciones para unos años más. También se ha conseguido que los huesos humanos del entorno de la iglesia ya no salgan a la superficie. Y lo de eliminar las pulgas parece más difícil; doy fe de su abundancia.
    Un saludo.

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  3. Hola, mi nombre es Daniel Ozcoidi y vivo en Argentina. Espero que podamos colaborar entre todos difundiendo este mensaje y pidiendo la ayuda necesaria para revertir esta situaciòn. Esto que se està perdiendo tiene que ser preservado para la posteridad, suena ilògico pensar que no se tome conciencia de esto. Saludos.

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  4. Hola Fernando!
    Estoy interesado en ayudar salvar el pueblo!
    También estoy buscando informacion sobre un escudo que parece que existía an Ozcoidi de la familia Erice (dos lobos andantes y cuatro aspas de gules). Sabes algo de este escudo o de la familia en general?
    Muchas Gracias

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  5. Responder a esto requeriría todo un trabajo de investigación. En cualquier caso tengo que decir que en todo el Libro de Armería del Reino de Navarra no he podido ver ningún escudo de esas características (el más parecido sería el del palacio de Ezperun, pero no es igual). Y por otro lado lo que sí se sabe es que el escudo que hoy se puede ver en la fachada de la casa Txandia es una pieza traída de otro lugar; es bastante lógico pensar que una casa palaciega como esa anteriormente habría perdido su escudo original, que bien podría tratarse de este.

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  6. hola me llamo rafa tengo 29 años y estoy buscando un pueblo para vivir tranquilo soy albañil , pintor y soldador me dieron esta direccion orque ijeron que alomejor podrian ayudarme y asi contribuir a realzar este pueblo aqui les dejo mi e-mail por si pueden ayudarme gracias y un saludo wraficaw@hotmail.com

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  7. tengo antepasados en común con Patricia Martina Ozcoidi. Si quieren ponerse en contacto dejo mi correo.
    ferminabaurrea@hotmail.com

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