ORRADRE

ORRADRE, LOS ÚLTIMOS SÍNTOMAS DE VIDA





         El Romanzado, en la merindad de Sangüesa, es una de esas zonas de Navarra que más está acusando la regresión demográfica del ámbito rural. Allí esta Orradre, una pequeña localidad que está oficialmente despoblada, pero en la que todavía se ven síntomas de vida.

         En los últimos años estamos asistiendo al resurgimiento de un nuevo vocabulario con el que los políticos abordan en congresos, reuniones, y ruedas de prensa, la situación del mundo rural, especialmente la de las zonas más desfavorecidas. Nos hablan de desarrollo rural, de planes estratégicos, de ecodesarrollo, de planes de comunicación… Palabrería.
         Son palabras y expresiones bonitas, que suenan bien, que visten mucho a nivel institucional, que mueven millones, que parecen algo. Y sin embargo la realidad es cada vez más sangrante, más penosa, más dura. Y para muchas localidades navarras todas estas “declaraciones de intenciones” llegan tarde, irremediablemente tarde. Y el Romanzado, en la merindad de Sangüesa, es uno de esos lugares en donde la dura realidad demográfica se nos muestra en toda su crudeza.
         En esta misma sección vimos en su día la historia de Iso, un pequeño pueblo junto a la foz de Arbayún, del que ya tan sólo quedan sus ruinas. Hace no mucho veíamos también la historia de Napal, en donde vive el pastor, y en fin de semana y vacaciones algunas personas más. Y hoy, sin alejarnos mucho de Napal, vamos a acercarnos a la realidad de Orradre, al que me resisto a llamar despoblado, aunque la realidad es la que es, y desde los años sesenta figura oficialmente como despoblado.
         Y si me resisto a llamarle despoblado, pese a estar todas sus casas vacías, es porque quiero pensar que todos esos planes estratégicos y todos esos proyectos de desarrollo rural acabarán sirviendo para que vuelva a tener vida. Bastaría con tener agua corriente. Lo demás, las ganas de volver a habitar esas casas por parte de sus antiguos inquilinos, creo que se mantienen, como lo demuestra el hecho de que allí acuden los fines de semana y en el verano. Incluso entre semana se detecta algo de vida: el pastor de Napal, el perro de la casa de Juan Tabar, incluso alguna huerta denuncia una presencia humana permanente.




Pueblo vacío




         Hay pocas casas en Orradre. Se pueden contar con los dedos de una mano, y aún sobra un dedo. Hablamos de casa Juanito, casa Ruperto, casa Juan Tabar, y casa García. A estas cuatro casas hay que añadir en el caserío la iglesia de San Juan y varios corrales. A mediados del siglo XIX, según el diccionario de Madoz, había ocho casas en esta localidad, de las que solo cuatro estaban habitadas, sobrentendiéndose que las otras cuatro eran corrales. Seguramente en todo este tiempo nunca han pasado de cuatro casas habitadas. El pueblo quedó deshabitado hacia el año 1962; se quedaron entonces abiertas las puertas de las casas, y estas totalmente abandonadas. Unos años más tarde, hacia 1970, los antiguos vecinos se preocuparon de volver a cerrar las puertas y cuidar sus casas, habitando el lugar en verano y durante muchos fines de semana, situación esta que se mantiene a día de hoy. El censo de 1802, de forma excepcional, nos arroja un censo de cinco casas habitadas; debió de ser la época de mayor esplendor. Lamento no saber el nombre de aquella quinta casa ni su ubicación.
         Hubo antaño también una ermita, bajo la advocación de San Julián, que hace siglo y medio estaba en ruinas, y hoy solo quedan unas piedras y el hidrónimo. Hubo también, probablemente, un pequeño molino, que habría estado ubicado en el punto en donde hoy nace la carretera que va a Orradre y Napal, paraje este al que todavía hoy se le conoce como “el Molinacho”. Sin olvidarnos de las caleras, muy cerca del pueblo, de las que hoy todavía quedan restos de dos de ellas. O del cementerio, que antaño rodeaba el recinto parroquial, y hoy mantiene su distancia prudencial con el pueblo.
         Actualmente Orradre figura como despoblado, pero lo cierto es que no es raro ver pasar entre sus casas al pastor de Napal, o al de Juan Tabar cuidando y mimando la huerta, incluso se ve una mano humana permanente que se traduce en muchos detalles.
         También se detecta otro tipo de presencia humana, la de los amigos de lo ajeno, que en los últimos años se han empeñado en llevarse todas las piedras esquineras de algunas de sus casas y corrales. Pocos pueblos se libran de este tipo de rapiñas, y la verdad es que duele ver ese expolio.




Casas con historia


         Pero vamos a detenernos un poco en la historia que hay detrás de esas casas de Orradre. Ya sé que no es una historia de las de salir en las enciclopedias, pero no por ello deja de ser su historia, la historia de sus gentes. Hablamos de sagas familiares como los Oroz, o los Tabar, saga esta última que derivó en tiempos más recientes en los Equiza.

         En la parte baja del pueblo esta Casa Juanito. Luce en su blanca fachada una piedra empotrada, que se supone que es la antigua clave de la portalada, en la que se ven las iniciales de JHS (Iesu Homine Salvatore, o Jesús, Hombre y Salvador). Estas iniciales quedaban reservadas antiguamente para aquellas casas que habían aportado a la Iglesia algún clérigo. Colindante a esta casa está el corral, en cuyo interior un habitáculo aloja un horno de pan perfectamente conservado, que de alguna manera nos da una información etnológica interesante sobre el modo de vida de esa casa, cuyo reducido tamaño debió de forzar a sacar el horno al corral.
         En el otro extremo del pueblo está Casa Ruperto. Es la peor conservada de las cuatro, de hecho está en ruina total. Luce íntegra su fachada principal con una portalada sencilla con arco de medio punto. Sobre la puerta, más concretamente sobre la ventana que hay encima de la puerta, pude verse tallado en el dintel un dibujo lineal que quiere representar un símbolo solar de sencillo trazado. Ya sé que es un dibujo sencillo, pero no por ello deja de encerrar toda una filosofía de vida en la que se imponía buscar, en base a las creencias populares, las fórmulas adecuadas para invocar la protección de la casa y de cuantos la habitaban.


         La casa más grande de todas es la llamada Casa García, todo un señor edificio ante cuya imagen basta con cerrar los ojos para imaginar la vida que pudo haber en épocas anteriores en el mismo umbral de su puerta en donde todavía hoy se pueden vivir momentos llenos de magia. A modo orientativo puedo decir que en el año 1075 García Sánchez, señor de Domeño, y su esposa Urraca, donaron al monasterio de San Salvador de Leire los palacios que tenían en Domeño, Argüiros, Orradre, y Cortes. No sé si es aventurar mucho el decir que esta casa pudo ser aquél palacio de casi mil años de existencia documentada. Su aspecto señorial y el nombre de García me permiten creer que realmente es así. No obstante lo expongo con todas las reservas.


Los Tabar


         Otra de las casas es la que siempre se ha llamado de Juan Tabar, o Juantabar. La casa no llega a tener cien años; la clave de su puerta sitúa su construcción en 1919. Sin embargo intuyo que este edificio se hizo en sustitución del anterior, pues la casa Juan Tabar es de las que tiene solera.
         ¿Quién era Juan Tabar?. Pues para empezar hay que tener en cuenta que el apellido Tabar nunca ha faltado en esta localidad desde hace muchos siglos; y el nombre de Juan se repetía hasta la saciedad en base a esa moda que ha existido siempre de poner el nombre del patrón; en este caso San Juan. No obstante nos encontramos con que en la segunda mitad del siglo XVIII el abad de esta iglesia de Orradre, que era natural del lugar, se llamaba Juan Ramón Tabar.




         En 1766 un tal Juan Tabar, respaldado por el mencionado abad Juan Ramón Tabar, se enfrentó al resto de vecinos por un problema de goce de hierbas. Resulta curioso imaginar aquella situación; cómo en un pueblo con cuatro casas, y de obligada convivencia los unos con los otros, podía llegarse a pleitear. Todo sucedió el 3 de septiembre de aquel año de 1766; ese día se reunieron el escribano con los vecinos en el atrio de la iglesia, “que es el puesto destinado, por no haber Casa Concejil, para actos semejantes”. Allí se vieron las caras Juan Joseph de Yndurain, Juan Martín de Zunzarren, Juan Tavar, y Fermin Tavar (entonces escribían Tabar con “v”), todos ellos jurados y vecinos de este lugar. Y así, estando juntos, dijeron que este pueblo tiene su término muy limitado, y de cortísima pastura, y no obstante introducen en él mucho ganado. Demasiado ganado para tan pocas hierbas. Es por ello que el 29 de junio, día de San Pedro, tenían los vecinos la obligación de sacar del término de Orradre todo el ganado menudo, llevándolo a “yerbas forasteras”, manteniéndolo en ellas hasta el 29 de septiembre, día de San Miguel. Así estaban las normas establecidas hasta que Juan Tavar, por lo visto el más afectado, se enfrentó a sus vecinos defendiendo que había hierbas suficientes como para no tener que sacar los ganados de allí. Y es que las cosas no se le habían puesto fácil a Juan Tavar (o Tabar), sobre todo desde que dos décadas antes se disolviese la facería que mantenía Orradre con Arboniés.
         En 1780, ya viudo, Juan Tabar todavía tiene ganas de pleitear, y lo hace entonces con los Jerónimo García, heredero de Juan Miguel García, que lo mismo vivía en su casa de Domeño que en la de Orradre. Y un año más tarde vemos al hijo de Juan Tabar, llamado Juan Francisco, envuelto también en pleitos con los de Usún.
         Quien también debía de ser ganadero era José María Oroz, que en 1828 todavía andaba queriendo cobrar unas deudas que con él habían contraído unos vecinos de Berrioplano tras comprarle un ganado que no acababan de pagar.




Abades


         Y de la parroquia, hoy totalmente vacía y cerrada a cal y canto, sólo decir que antaño tuvo su pequeña historia. En 1558 moría su abad Sancho Pérez de Lumbier, a quien sustituyó Juan de Napal, del que sabemos que en 1597 todavía seguía en el cargo; a este le sustituyó un año después Martín de Lizarraga, que abandonó el cargo en 1607, tomándole el relevo Juan Ibañes de Zuazu, quien décadas más tarde dejó su puesto al ya mencionado Juan Ramón Tabar. Pero, en fin, que no es cuestión de recomponer aquí la relación de abades que ha tenido esa iglesia de San Juan. Simplemente se trata de dejar constancia de que en Orradre tenían abad; quiere esto decir que el nombramiento de cada “párroco” no se les venía impuesto desde el obispado, sino que eran los vecinos quienes proponían su candidato, por tener derecho a ello.


         Y nada más por hoy; que allí se queda Orradre, en silencio, con unas casas y unas piedras que nos hablan solas, que nos cuentan mil historias. Hoy es ya momento de interpretar su historia, y también dejar que sus últimos vecinos nos aporten el testimonio de lo que un día llegó a ser. Son relatos que no se deben perder. Y tampoco Orradre se debe perder. Cuestión de agua, dicen.


 Diario de Noticias, 27 de marzo de 2006
Autor: Fernando Hualde


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RELACIÓN DE DOCUMENTOS QUE SOBRE ORRADRE EXISTEN EN EL ARCHIVO GENERAL DE NAVARRA



1075
García Sánchez, señor de Domeño, y su esposa Urraca, donan al monasterio de San Salvador de Leire los palacios que tenían en Domeño, Argüiros, Orradre y Cortes.
(Ref: CO_DOCUMENTOS, Caj.1, N.1, f. 3r-3v)


1596-1597
Juan de Imirizaldu, Juana de Preciado, su mujer, y Juan de Napal, abad de la iglesia de Orradre, contra Domingo de Boneta, tutor de los hijos de Miguel Ibáñez de Larequi, vecino de Sangüesa, sobre pago de 40 ducados por un conocimiento de deuda.
(Ref: 012731 / 16016227)


1603 (aprox.)
Martín de Zuazu, abad de la iglesia parroquial de Orradre (Romanzado), capellán de la fundación de Sancho Pérez, contra Miguel de Irigoyen, vecino de Zuazu (Izagaondoa), sobre pago de los réditos de un censo a favor de la fundación.
(Ref: 213291)


1711-1763
Francisco Roldán, vecino de Arróniz, contra José Manuel de Acedo, patrono de la fundación de capellánía de Tomás Palacios en la iglesia parroquial de Lúquin, heredero de Diego José de Acedo, cesionario de Eugenio Pérez de Azpeitia, Juan Ramón Tabar, presbítero, abad de la iglesia parroquial de Orradre (Romanzado), capellán de dicha fundación, y otros, sobre nulidad de los autos de ejecución, posesión t remate de bienes, alegando lesión en un pleito relativo a hacer cierto y seguro un censo de 750 ducados, impuesto por Diego Roldán y María de Urrea en la villa de Arróniz.
(Ref: 206657)


1729
El cabildo de la Colegiata de Roncesvalles contra los lugares de Orradre (Romanzado), Murillo-Berroya, Uli y otros, sobre ejecución para pago de un cahiz anual de trigo en concepto de pecha.
(Ref: 126425)


1743-1754
El lugar de Arboniés contra el lugar de Orradre (Romanzado), sobre disolución de facería entre ambos pueblos.
(Ref: 155157)


1766-1767
El lugar de Orradre (Romanzado) contra el Fiscal, Juan Tabar y Juan Ramón Tabar, abad de la iglesia de Orradre, sobre confirmación de cotos para goce de hierbas.
(Ref: 218396)


1780
Juan de Tabar, vecino de Orradre (Romanzado), viudo y usufructario de Joaquina Suescun, contra Jerónimo García, hijo y heredero de Juan Miguel García, su padre, vecino de Domeño, sobre ejecución por 60 ducados, mitad en dinero y mitad en dinerada, resto de la dote ofrecida para su matrimonio por María de Estoqui y Juan Miguel García, su yerno.
(Ref: 207157)


1781-1783
El lugar de Usun contra el Fiscal, Juan y Juan Francisco Tabar, vecinos de Orradre y foranos de Usun, sobre confirmación de acuerdo relativo a rotura de terrenos comunales para pago de los réditos de un censo de 300 ducados de deuda.
(Ref: 051190)


1791
Juan Francisco Tabar, vecino de Orradre (Romanzado), tutor de Juan José Olaverri y sus hermanos, contra Tomás de Olaverri, padre de dichos menores, vecino de Domeño, sobre entrega de la dote de Martina de Uztárroz, su mujer, por haber perdido su usufructo al haber contraido matrimonio en segundas nupcias.
(Ref: 128524)


1828-1829
José María Oroz, vecino de Orradre (Romanzado), contra Marcelo Sarasa, Estefanía Uli, su mujer, Juan Ángel Iriarte y Catalina Insausti, sus padres, vecinos de Berrioplano, sobre ejecución por 1.172 reales fuertes y 19 maravedis adeudados de la venta de ganado.
(Ref: 141146)


1832
El lugar de Orradre contra el Fiscal, sobre permiso de tomar 300 duros a censo para pago de gastos.
(Ref: 055467)

7 comentarios:

  1. Gracias por rescatar a Orradre del olvido. Orradre es un apellido que llevan familiares mios y me gustaria conocer el significado de la palabra. Se que los apellidos vascos son descriptivos de lugares.

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    1. José Ygnacio Jiménez Orradre25 de febrero de 2015, 3:40

      Hola soy un vecino de la ciudad de Alfaro La Rioja con los apellidos Jimenez ORRADRE ITURRIAGA RODRIGO nombre José Ygnacio tfno 941 18 09 81
      he querido saber porque tenia mi abuelo este apellido pero no he logrado saber nada de el, ya que el muríó poco ante de nacer mi madre hace mas de 100 años que murió el

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  2. Hola:

    Somos un grupo de alumnos de Eibar( Gipuzcoa) y estamos realizando un trabajo sobre los pueblos abandonados. Nosotros nos estamos centrando en un pueblo navarro llamado Orradre. Necesetimos cuanta más informacion mejor y para ello pedimos vuestra colaboracion.

    Muchas Gracias

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  3. No se si será cierto o no, pero hace años me contaron un dicho entre los vecinos de Orradre y Napal.

    Los de Napal decían:
    "Cuadre o no cuadre, mas vale Napal que Orradre".

    y los de Orradre respondían:
    "Bien por mal, mas vale Orradre que Napal"

    Saludos de un Orradre de apellido.

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  4. De una Orradre de Argentina, gracias por acercarnos a nuestros origenes.

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  5. Excelente trabajo. Presenta un contenido realmente bueno sobre los pueblos abandonados de Navarra y tus comentarios son muy acertados.

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  6. hector saavedra orradre18 de agosto de 2017, 4:23

    Soy un Orradre de México. My abuelo se llamaba Agapito orradre, y llego de España a México a principios de 1920s. Estoy buscando antepasados de el en Navarra. No sé si su apellido tiene algo que ver con este pueblo abandonado.

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